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¿Cómo empezó todo? Así se forjó la rivalidad entre Irán e Israel
Noticias País, Teherán, Jerusalén. El rugido de la “Operación León Ascendente” resuena en todo Medio Oriente, dejando al mundo entero conteniendo la respiración.
Israel ha ejecutado un ataque sin precedentes contra instalaciones nucleares iraníes, incluyendo el estratégico centro de enriquecimiento de uranio de Natanz, marcando un nuevo capítulo en una rivalidad histórica que, aunque sangrienta hoy, alguna vez estuvo marcada por la cooperación.
Benjamin Netanyahu confirmó el golpe directo al “corazón del programa de misiles balísticos” de Irán, mientras los medios estatales iraníes confirmaron la pérdida del general Hossein Salami, figura clave de la Guardia Revolucionaria Islámica.
En represalia, más de 100 drones iraníes han sido lanzados contra territorio israelí, aunque aún no se conoce el alcance completo de la contraofensiva.
El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, negó cualquier participación directa de Washington, subrayando que Israel actuó de forma independiente.
Sin embargo, la comunidad internacional teme que este nuevo estallido derive en un conflicto regional de consecuencias devastadoras.

El eco de esta crisis resuena con fuerza, como en abril de 2024, cuando Irán atacó directamente desde su territorio, disparando más de 300 proyectiles en represalia por un ataque israelí a su consulado en Damasco.
Entonces, Israel respondió de forma similar, como ahora. Y así, la espiral de acciones y reacciones parece no tener fin, encendiendo una región ya marcada por la guerra desde octubre de 2023, cuando estalló el conflicto con Hamas.

Pero no siempre fue así. Hasta 1979, Irán fue uno de los aliados más confiables de Israel en la región. El experto Abbas Milani recuerda cómo, incluso antes de la creación del Estado israelí, Irán apoyaba una solución bipartita en Palestina, avalando la convivencia entre judíos y árabes.
La comunidad judía en ciudades como Isfahán vivía con orgullo iraní, y el petróleo fue la moneda de entendimiento entre ambos países.
Desde 1955, Irán vendía crudo a Israel a precios reducidos, desafiando los vetos árabes. La cooperación incluyó la creación de empresas conjuntas como Trans-Asiatic Oil y la construcción del oleoducto Eilat-Ashkelon.
Incluso en plena Guerra Fría, ambos países compartieron intereses militares y estratégicos, como el Project Flower, destinado al desarrollo conjunto de misiles avanzados.

Ese vínculo se desmoronó con la Revolución Islámica de 1979. La caída del sha Mohammad Reza Pahlavi y la instauración del régimen de los ayatolas bajo Ruhollah Jomeini marcaron el inicio de una enemistad ideológica, religiosa y política que perdura hasta hoy.
Los nuevos líderes iraníes denunciaron los lazos con Occidente e Israel, mientras consolidaban un discurso antiimperialista y antiisraelí que se convirtió en doctrina oficial.
Las diferencias geopolíticas crecieron con los años. Irán, ahora al mando de la Guardia Revolucionaria, respaldó milicias como Hezbollah en el Líbano o los hutíes en Yemen, mientras Israel consolidaba alianzas en Occidente.

La tensión ha llegado al punto de que, pese a episodios de cooperación encubierta como el bombardeo israelí de 1981 al reactor nuclear iraquí –que benefició a Irán en su guerra con Saddam Hussein–, la animadversión entre ambos gobiernos es ahora estructural.

Desde el conflicto petrolero de los 70 hasta la pugna actual por la supremacía nuclear y regional, la historia de Irán e Israel es la de una amistad rota por la ideología y la ambición, y cuya cicatriz abierta parece hoy más profunda que nunca.