Mi Hermano Desapareció en 1990… 30 Años Después, un Coche de Lujo se Detuvo Frente a Nuestra Casa—Él Bajó con 3 Escrituras de Tierra, ¡Pero No Eran para Agradecer a Nuestros Padres!

 

Mi Hermano Desapareció en 1990… 30 Años Después, un Coche de Lujo se Detuvo Frente a Nuestra Casa—Él Bajó con 3 Escrituras de Tierra, ¡Pero No Eran para Agradecer a Nuestros Padres!

Mi hermano ha estado desaparecido desde 1990. En ese momento, solo tenía 20 años, dijo que fue a la ciudad para comenzar una carrera y luego se quedó en silencio. Toda mi familia hizo todo lo posible para buscar, publicar periódicos, enviar fotos, hacer preguntas en todas partes, pero absolutamente ninguna pista. Mis padres encendieron incienso y llamaron a su hijo por su nombre todos los días, con la esperanza de que algún día regresara.

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El tiempo se filtra… Han pasado más de 30 años. El cabello de su padre era gris, la espalda de su madre estaba esposada y toda la familia lo consideraba desaparecido.

Sin embargo, una tarde, todo el pueblo estaba aturdido cuando vieron un automóvil de mil millones de dólares detenido frente a la puerta de la casa. La puerta se abrió, un hombre de mediana edad bajó, su figura estaba desnuda, pero su rostro estaba … es mi hermano! Mi madre estaba llorando cuando lo vio, y mi padre temblaba contra la pared.

En su mano había tres libros rojos. Todos los familiares salieron corriendo, todos pensaron: “¡Tienes éxito, ahora has vuelto para rendir homenaje a tus padres!” El ambiente estaba lleno de emoción.

Sin embargo, cuando puso los tres cuadernos rojos sobre la mesa, dijo con frialdad:

– “Este no es un don de piedad filial. Estos son tres terrenos que… Mis padres lo vendieron barato a la gente en el pasado para que me encontrara. He pagado el dinero del rescate. Pero no lo traje de vuelta para ofrecerlo, sino para… reclama tu parte”.

Toda la casa estaba atónita. Mi madre estaba estupefacta, con lágrimas en los ojos. Papá se sentó en su silla, con las manos temblorosas. Continuó, con voz ahogada pero firme:

– “Durante treinta años, no he estado desaparecido. Me fui por la imposición y la injusticia en esta familia. Vuelvo hoy, no para ser un niño filial, sino para recuperar lo que debería haberme pertenecido”.

El aire es sofocante, ya que la alegría del reencuentro se convierte momentáneamente en tragedia. Las lágrimas de felicidad que acababan de caer se convirtieron en dolor… Cuando la familia entendió: El niño que se creía desaparecido ahora ha regresado, pero ya no es un apoyo, sino un cuchillo cortado directamente en el corazón de la persona que queda.