Dos cuerpos. Una diferencia invisible a simple vista… pero riesgosa por dentro.
Dos cuerpos. Una diferencia invisible a simple vista… pero riesgosa por dentro.
Lo que estás observando no es una ilustración: son cortes sagitales reales de dos cuerpos humanos adultos. A la derecha, un cuerpo con obesidad. A la izquierda, uno con peso saludable.
Ambos tienen músculos, órganos, huesos, sangre…
Pero uno de ellos está viviendo comprimido desde adentro. La grasa visceral —esa que no vemos frente al espejo— es la que invade el espacio entre los órganos, los presiona, los desplaza y altera su función.
No es solo “peso extra”. Es un factor de riesgo real, silencioso y progresivo. Observa cómo:
• Se reduce el espacio pulmonar
• El intestino se desplaza
• El hígado está rodeado de grasa
• La movilidad se ve comprometida desde adentro Y no termina ahí. La acumulación de grasa visceral se asocia con:
• Diabetes tipo 2
• Hipertensión arterial
• Enfermedades cardiovasculares e infartos
• Cáncer de colon, mama, endometrio
• Apnea del sueño, hígado graso, fatiga crónica
Este no es un mensaje de juicio. Es un llamado al cuidado.
Tu cuerpo merece respeto, movimiento, descanso y buena alimentación.
Porque no se trata solo de cómo te ves por fuera.
Se trata de cómo funciona todo por dentro. La salud no se refleja solo en el espejo. También se ve en imágenes como esta.
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Advertencia: esta información es de carácter académico e informativo. No reemplaza la valoración médica presencial ni debe utilizarse para autodiagnóstico. Ante cualquier síntoma, consulta siempre con un profesional de salud.