Arriba: un disco intervertebral sano.
Abajo: un disco intervertebral colapsado.
El paso del tiempo también deja huellas en la columna vertebral.
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Lo que ves en esta imagen es una comparación real entre dos discos intervertebrales: Disco sano (superior):
Conserva su grosor, forma y elasticidad.
Actúa como un amortiguador natural entre vértebras, gracias a su núcleo pulposo hidratado y su anillo fibroso firme. Disco degenerado (inferior):
Se observa colapsado, seco, con fisuras internas y pérdida de estructura.
El resultado de un proceso progresivo conocido como degeneración discal.
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¿Qué lo causa?
• Envejecimiento natural
• Esfuerzos físicos repetitivos
• Traumatismos
• Posturas inadecuadas
• Predisposición genética
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Consecuencias:
• Dolor lumbar crónico
• Rigidez matutina
• Limitación para caminar o cargar peso
• Hernias discales o pinzamientos nerviosos
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Prevenir el desgaste de la columna es posible: Fortalece tu musculatura dorsal y abdominal
Evita el sedentarismo
Mejora tu postura (al trabajar, sentarte o dormir)
Cuida tu peso corporal
Realiza chequeos si hay dolor persistente
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Tu columna es tu eje.
Y aunque no la veas todos los días, te sostiene todos los días.
Cuídala como cuidas tu corazón… porque el dolor de espalda también puede cambiar tu vida.
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Advertencia: esta información es de carácter académico e informativo. No reemplaza la valoración médica presencial ni debe utilizarse para autodiagnóstico. Ante cualquier síntoma, consulta siempre con un profesional de salud.